El medio natural

Los Reinos Vivos





 

La división de la Creación en tres es tan antigua como las ciencias humanas. Uno es el reino de lo inanimado y dos los reinos vivos, el vegetal y el animal. Y en el caso de Huerta, flora y fauna son el primer patrimonio natural, desempeñando con los ciclos del día el drama y la aventura del estar vivo en el escenario de estas montañas.


Huerta del Marquesado, como parte de la Serranía de Cuenca, disfruta de una enorme variedad biótica, una gran diversidad de entornos y un magnífico estado de conservación de sus ecosistemas, poco influidos por la acción humana.


Fauna


El más débil y lábil de los Reinos de la Creación está bien representado en Huerta. La escasa presencia del hombre y la baja eficacia de la caza tradicional en lugares de orografía tan montaraz han preservado un número singularmente alto de especies animales. La Serranía de Cuenca ha sido desde siempre tierra pródiga en fauna de todo tipo y condición. Ya en la Edad Media los libros y crónicas de caza de reyes y magnates describían minuciosamente estos parajes, deteniéndose en la descripción del contenido vivo de acá, allá y acullá.


Si camina en silencio por los bosques y praderas de Huerta del Marquesado es muy posible, y hasta muy probable, que se tope con ciervos, corzos, muflones, gamos, cabra hispánica y, por supuesto, con el omnipresente jabalí. El catálogo de pequeños carnívoros y predadores es muy abundante: el zorro, la gineta, comadrejas, turones y tejones, la garduña… tanto como la lista de pequeños mamíferos: el abundantísimo ratón de campo, el lirón careto, el tímido erizo… Los reptiles no se quedan a la zaga: desde las humildes lagartijas (ibérica y colilarga), pasando por el lagarto ocelado, hasta las especies de serpientes (culebra bastarda, serpiente de escalera, víbora hocicuda…)



 

Las especies de aves son más que numerosas: chovas, cuervos, vencejos, golondrinas, colirrojos, aviones, mirlos acuáticos, martines pescadores, pinzones… y por supuesto, rapaces: águila real, águila culebrera y águila perdicera, halcones, búhos, lechuzas y cárabos, milano negro, azor, cernícalos… y tantas otras. El espectáculo de la vida animal en Huerta es habitual y cotidiano. La disminución de la población en toda la comarca, hasta extremos casi trágicos, ha tenido como elemento positivo la disminución de la presión sobre el medio natural que caracterizó al periodo histórico 1850 – 1960, lo que ha hecho que multitud de especies estén en plena expansión, protegidas también por la salvaguarda de los espacios naturales protegidos.


Por supuesto, ha habido pérdidas muy dolorosas. Quede constancia de la extinción del oso pardo en las Sierras de Cuenca, cuyo último ejemplar fue abatido a poca distancia de Huerta, en las laderas de la Umbría del Oso, año 1910. Otros, perdidos tiempo atrás, están volviendo. Así le ocurre al lobo ibérico, cuya presencia en los contornos en tan polémica como cada día más probable.

 

 






Flora


Las especies vegetales en el término municipal de Huerta están determinadas por las condiciones de suelo (edafología), clima, altitud y pluviometría, muy variables a lo largo del término municipal, con lo cual la variedad de pequeños ecosistemas y unidades de vegetación en un espacio no demasiado extenso es muy considerable.


Hay que tener en cuenta que, por ejemplo, la diferencia de precipitaciones entre los picos y el fondo del valle, separados apenas unos cuatro kilómetros lineales, puede llegar hasta los 250 litros al año, que el diferencial de temperatura puede ser incluso de 8 grados entre las cumbres y la ribera del río y que los suelos son, gracias a la complicada geología, enormemente variados: calizos, arenosos, salinos, básicos o muy ácidos...


En general, la división anterior en tres unidades de paisaje: alta sierra, medias laderas y vega adquiere con la vegetación todo su valor.





 

La especie hegemónica en Huerta del Marquesado es el pino (pinus sp.), que aparece de manera constante por todo el término municipal, en todas las alturas, ecosistemas y orientaciones, desde las cumbres hasta la misma vega. Tres son las subespecies de pino presentes en Huerta:

  • Pino albar ( pinus sylvestris ) También conocido como pino silvestre, pino rojo, escocés o pino de Valsaín. En Huerta aparece entre los 1.400 y los 1.840 metros de altura, en las laderas de la Sierra de Valdemeca, siendo la variante de mayor altitud. Es inconfundible por lo esbelto de sus fustes y el color anaranjado de la corteza en la parte superior del ronco y copa del árbol. En el término es especie muy abundante, muy apreciada por la calidad de su madera.

  • Pino negral ( pinus nigra ). Igualmente llamado pino negro, laricio o salgareño. La especie más frecuente en la Serranía de Cuenca es sin embargo más escasa en Huerta, donde sólo aparecen en algunos lugares. Variedad longeva, crea árboles de gran porte y espectacularidad. Se la conoce como pino negro por el color oscuro y brillante de los troncos. Es pino de alturas medias, entre los 1.200 y los 1.700 metros de altura por lo general. Aparece en las laderas de la Sierra de Valdemeca y en algunos reductos de la media ladera. La madera es también de considerable valor.

  • Pino rodeno ( pinus pinaster )También denominado pino resinero. Curiosamente considerado un árbol de cotas bajas y medias (en la comarca normalmente se lo encuentra entre los 800 y los 1.200 metros), en Huerta aparece incluso a más de 1.800 metros de altura en las laderas soleadas, ofreciendo la estampa insólita de la coexistencia con el pino albar. Un suelo de arenisca, propicio, y las laderas soleadas explican el fenómeno, pues es especie que soporta mal los grandes fríos, aunque a cambio tolera mejor la aridez. Se lo reconoce por su menor altura, su gruesa corteza y sus agujas y piñas de gran tamaño. Es árbol de crecimiento más rápido que las otras especies de pinos, pero menos longevo. La madera es también de calidad inferior. Se lo encuentra por todo el término municipal.





 

En cuanto a las frondosas, el género quercus es el más representativo. Muy importantes por su labor de regeneración de suelo y por sus variadas funciones de interacción con los ecosistemas, tres son las especies más frecuentes en Huerta del Marquesado:

 

  • Roble melojo ( quercus pyrenaica ) También conocido como melojo a secas, rebollo o roble rebollo, encuentra en las laderas de la Sierra de Valdemeca uno de sus enclaves más importantes de toda la Serranía de Cuenca. Como especie de buenas propiedades madereras ha sido muy castigada, por lo cual su ámbito de aparición es restringido, y los bosquecillos suelen estar bastante degradados por la acción humana tradicional. En nuestra Sierra, los melojares son más frecuentes en la ladera oeste (términos de Valdemoro y Beamud), aunque también la vertiente de Huerta disfruta de buenas áreas de este magnífico árbol. Necesita de suelos profundos, básicos, bien orientados. Soporta bien la altura, aunque requiere de bastante humedad. La hoja es la típica del roble: de gran tamaño, alveolada y algo vellosa al tacto. La pierde en invierno.

  • Quejigo ( quercus faginea ) Es una variante del roble adaptada a suelos menos exigentes y condiciones climáticas de frío y aridez más extremadas, con lo cual en la Serranía de Cuenca en general, y en Huerta en concreto, se lo encuentra por doquier, desde los aledaños de la vega hasta los 1.800 metros de altura. Aunque no es extraordinario verlo formar bosquecillos propios (quejigares), aparece más frecuentemente en bosques mixtos con pinos o sabinas albares. La madera, corteza y forma son casi las de su pariente cercano, el roble. Se diferencia ante todo por las hojas, pequeñas y provistas de pequeñas acículas, más parecidas a las de la encina que las de su primo mayor, aunque más claras y más elásticas que la encina, además de caducas.

  • Encina ( quercus ilex sp. ) Aunque crea ejemplares gigantescos, en Huerta aparece por lo general de pequeño porte y en forma achaparrada, resultado tanto de la acción antrópica y las excesivas talas del pasado como de la máxima cota altimétrica del árbol, que pocas veces sobrevive por encima de los 1.400 metros en la Serranía de Cuenca. En Huerta se concentra lógicamente en las medias laderas, con predilección por las solanas y lugares abrigados, y en los aledaños de la vega. Es frondosa de hoja persistente, de pequeño tamaño y forma elíptica, de tonos verdes oscuros y textura coriácea. Es muy estimada por su madera, utilizada en la construcción de viviendas en los fogones por su alto poder calorífico.





 

Estas tres especies, además de su uso como material de construcción y leña, sufrieron durante siglos la presión de las abundantes herrerías de la comarca, pues la Sierra de Cuenca fue siempre tierra de hierro y herreros. A partir de encinas, quejigos y rebollos se producía el carbón vegetal imprescindible para la fundición y la forja. Que un kilogramo de mineral de hierro necesitase un mínimo de cinco kilos de carbón vegetal para fundir, da idea del monumental estropicio que el carboneo produjo antaño en nuestros montes, incluso denostado por fuentes de la época.

Entre los árboles sobresalientes del entorno natural de Huerta, tres destacan especialmente. Especies de gran valor ecológico, muy perseguidas por el hombre en el pasado y escasas hoy en día, han recibido protección plena en los últimos años:

  • La sabina albar ( juniperus thirifera ) Árbol excepcional en todos los órdenes es esta conífera. Especie de páramo, en Huerta aparece entre los 1.200 y los 1.450 metros de altura, siendo especies de media ladera. Es capaz de soportar suelos pobrísimos y condiciones climatológicas extremas, por lo cual aparece en áreas edafológicamente muy degradadas o muy batidas por los elementos, donde otras especies han renunciado a la lucha. A cambio, su crecimiento extraordinariamente lento. Se hace árbol de no mucha altura (10 - 15 metros a lo sumo), pero de portes descomunales. Su longevidad es proverbial, habiéndose constatado ejemplares de más de un millar de años de edad. La madera es excepcional: densa, olorosa, incorruptible, muy apreciada en la construcción tradicional por su capacidad de aguantar grandes cargas y muy usada en la carpintería popular, lo que ha puesto a la especie al borde de la extinción en muchos lugares. En Huerta es especie muy frecuente, que incluso forma bosquecillos (sabinares), aunque los ejemplares añosos son escasos.

  • El acebo ( alex aquifolium ) Más escaso es el acebo en todas las Sierras de Cuenca. Especie muy exigente en cuanto a suelos, orientaciones y humedades, crece sólo en laderas umbrías, bajo la sombra de especies mayores. Su separación por sexos (ejemplares con flor masculina y femenina, estos últimos con la característica baya roja) es otra dificultad añadida para la preservación de la especie. Es árbol de porte piramidal, con ramas hasta el suelo, de tronco liso y de brillante color plateado. La hoja es inconfundible. En Huerta aparece en abundancia en la zona más alta de la Sierra de Valdemeca, a partir de 1.600 metros, siempre como especie de sotobosque del pino albar y, más raramente, del pino rodeno.

  • El tejo ( taxus baccata ) El más raro, el más anciano de los árboles, divinizado por todas las culturas peninsulares primitivas con formas de culto cuyos ecos aún perduran en el folclore popular. Todo en contra lo tiene el tejo para prosperar: condiciones de suelo y clima muy específicas, lento crecimiento, difícil reproducción y, por supuesto, la devastadora presión del hombre, buscando la legendaria calidad de su madera, resistente, elástica y fácil de trabajar. Todo el árbol, como es conocido, es tóxico, excepto la pulpa anaranjada y viscosa de sus arilos. En Huerta es especie difícil de ver, aunque en la Sierra de Valdemeca se localizan un cierto número de ejemplares.




 

No con los anteriores se agota el repertorio vegetal en Huerta, que supera ampliamente las mil especies catalogadas. En rápida sucesión, he aquí alguna de las más características que nos restan:

  • El fresno ( fraxinus excelsior ).

  • El arce mediterráneo, o arce silvestre, o de Montpellier ( acer monspessulanum ), de característica hoja trilobulada, que pierde en el otoño en una explosión de tonos amarillos, rojos y ocres.

  • El tilo ( tilia sp. ). En Huerta aparece en la zona de la vega, y fuera de ahí en sitios abrigados, umbríos y húmedos.

  • La sarga ( salix eleagnos ), o sauce gris, es especie abundantísima en Huerta, siempre a la ribera del río, cuando no crece directamente en el mismo cauce.

  • El avellano silvestre ( corylus avellana ). Es también especie de ribera en Huerta, o de zonas umbrías y húmedas.

  • El madroño ( arbustus unedo ). Escaso en Huerta, se encuentran ejemplares en las laderas soleadas de la Sierra.

  • El serbal ( sorbus aria, sorbus torminalis )

  • El majuelo ( crotaegus oxycantha ), también llamado espino albar, y aunque se lo pinta como arbusto en la comarca llega a adquirir un porte arbóreo. Presente en las medias laderas, donde suele coexistir con la sabina albar y el quejigo. Especie arbustiva que termina siendo frecuentemente arbórea, en característica por sus hojas denticuladas, sus flores blancas de primavera, sus bayas estivales de color rojizo y sus aguzadísimas espinas, de un tamaño más que considerable. Es muy abundante en Huerta.

  • El saúco ( sambucus nigra ). Árbol medicinal donde los haya, usado por las gentes de la Serranía hasta nuestros días. En Huerta se lo encuentra por todas partes en la vega, en setos y cunetas. Es inconfundible en junio con la explosión blanca de sus flores en umbela.



Y en cuanto a especies arbustivas y de sotobosque:

  • El boj ( buxus sempervivens ), llamado siempre “buje” por estas tierras. Abundantísimo en todo el término, a cualquier altitud, como especie de sotobosque o aislada, formando bosquecillos de escasa altura, pero muy tupidos y de difícil acceso. Su madera, blanca y muy densa, es muy apreciada en ebanistería, y usada en la comarca para pequeños útiles domésticos (cucharas, dedales...) o, cosa curiosa, para las varas de alcalde.

  • El enebro ( juniperus communis ), omnipresente por todo el término, desde las márgenes del río hasta casi las más altas cimas. Pariente cercano de la sabina, no pasa sin embargo el enebro de la fase arbustiva. Característico por sus hojas aciculadas y su baya de color azul violáceo y olor característico.

  • Brezo, en varias subespécies ( erica aragonensis, erica umbellata, erica arborea ). En Huerta aparece muy frecuentemente en las laderas soleadas de la sierra de Valdemeca.

  • El endrino ( prunus spinosa ), con sus aguzadas espinas y su porte enmarañado que forma setos impenetrables, conocido por su drupa, la endrina. En Huerta se lo ve con cierta frecuencia.

  • El arlo, o agracejo ( berberis vulgaris ). Pequeño arbusto espinoso, que en primavera estalla con una vistosa floración amarilla. En el término municipal le gustan sobre todo los barrancos de la zona caliza del término, aunque es frecuente encontrarlo por todas partes.

  • La jara ( cistus laurifolius, cistus albidus, cistus ladaniferus ), especie fragante y aromática, aparece asociada al sotobosque del pino rodeno.

  • La sabina rastrera ( juniperus nana, juniperus sabina ). Aparece en el área de cumbres, por encima de 1.750 metros, formando macizos tupidos de no más de 70-80 cms. de altura, que pueden llegar a ser muy extensos en superficie.

  • La aliaga ( genista scorpius ). Planta espinosa donde las haya, en primavera también explota de color al recubrirse de flores amarillas. En Huerta coloniza las medias laderas y las zonas de páramo y pedregal, formando zonas (los aliagares) que llegan a ser completamente impenetrables por la densidad de la especie.

  •  

  •  

  •